Los zapatos son indispensables en cualquier atuendo pero también sirven como desahogo emocional y terapia de relajación.
El promedio de zapatos que tiene una mujer en el guardarropa es de 19, aunque en realidad solo utiliza 4, el resto son solo decorativos, trofeos, gustos inofensivos, ese lujito que pueden presumir en alguna boda o fiesta de familiar.
De acuerdo con el Centro de Investigación de Informes del Consumidor de Estados Unidos, los zapatos es una de las prendas que más adicción puede generar. En otras palabras, millones de mujeres están obsesionadas con la compra de zapatos, sin mencionar sus connotaciones sexuales tanto en hombres como en mujeres.
Encuestas señalan que 20 pares de zapatos todavía entran dentro de un estándar normal, entre 30 o 40 podría llamarse vanidad femenina pero a partir de 50 se puede decir que ya es una verdadera obsesión.
Peor aún, las mujeres que padecen esta adicción suelen comprar zapatos a escondidas e incluso dan prioridad a la prenda sobre sus familiares y amigos.
Las adictas a los zapatos no paran en la compra de zapatos. Existen calzados que son muy atractivos estéticamente pero son imposibles de utilizar. Para estos casos en Estados Unidos lo «In» es acudir con el cirujano estético para dejarlos listos. Suzanne Levine, de Nueva York, es especialista en este tipo de prácticas y llega a cobrar alrededor de 5,000 dólares por dejar unos pies perfectos. Otros tratamientos a los que suelen recurrir las obsesionadas por los pies son liposucción de tobillos y pantorrillas e inyección de silicona en la zona donde recae el peso con el uso de tacones.
La compra de zapatos produce un efecto antidepresivo en las mujeres y hace que se eliminen ansiedades. Hasta ahí parece un gusto sano, el problema viene cuando empiezan a aislarse, se convierte en un problema para la economía o dejan de hacer cosas importantes para dedicarle tiempo a los zapatos. Como cualquier adicción se debe tratar con terapia psicológica, pero lo principal es reconocer cuando se ha traspasado el límite del gusto o la vanidad a un desorden mental.
Fuente: 2esmas