La llegada del ferrocarril convirtió a las estaciones de tren en las nuevas catedrales de la modernidad: grandes edificios que llegaban para parecer templos consagrados. El progreso trajo nuevos materiales, como el hierro, que permitían nuevas y monumentales soluciones arquitectónicas que llenaron el S XIX europeo de bellísimas estaciones. Desde entonces, aunque quizá ya no con tanta intensidad, las estaciones siguen siendo grandes proyectos que forman parte de la cara más visible de las ciudades.
Amberes-Central
Considerada la más hermosa estación de Bélgica, la gran terminal de Amberes es un ejemplo perfecto de las grandes y lujosas estaciones europeas de finales de siglo XIX, principios del XX, de hecho se construyó entre 1895 y 1905. El edificio de entrada en piedra y con una gran cúpula sobre la sala de espera fue diseñado por Luis Delacenserie.
La Estación de Canfranc, Huesca – España
Es la cumbre arquitectónica de un proyecto de comunicación que marcó un hito a principios del siglo XX en el campo de la ingeniería y el transporte.
Fue inaugurada el 18 de julio de 1928. Se trata de un edificio de planta alargada y estructura simétrica, articulado en cinco cuerpos, con el central y los laterales adelantados y más elevados.
Exteriormente sigue modelos de la arquitectura palacial francesa del siglo XIX. Presenta un tratamiento clasicista de los paramentos, con una variada combinación de materiales: hormigón, piedra, hierro y cristal, lo que da lugar a un interesante juego cromático acentuado por la presencia de cubiertas de pizarra.
Amsterdam Centraal
La estación central de Ámsterdam es uno de los edificios más conocidos de la capital holandesa y no es de extrañar ya que se trata de una obra espectacular.
El arquitecto fue Pierre Cuypers, responsable también del no menos impresionante Rijksmuseum en la misma ciudad. En la imagen, un detalle de la fachada.
Estación de Atocha, Madrid
La de Atocha es una habitual de las listas de estaciones más bellas del mundo, y no es de extrañar: la mezcla de ladrillos rojos y blancos y hierro resulta especialmente armoniosa y la construcción resulta, aún hoy, ciertamente espectacular con su nave centra.
La anchura entre los apoyos de la bóveda es una distancia más grande que la de la mayoría de estaciones europeas.
Estación de Baden – Baden, Alemania
La antigua estación de ferrocarril en estilo de neoclásico con elementos barrocos representa la entrada del Festspielhaus, una construcción moderna.
Berlin Hauptbahnhof
La estación central de Berlín ha sido uno de los últimos grandes desarrollos necesarios tras la reunificación de las dos grandes ciudades independientes que eran Berlín Este y Oeste. Se inauguró en 2006 justo para la celebración del Mundial de Fútbol pero el proyecto había empezado mucho antes, en 1995. El plan fue obra d ela firma de arquitectura Gerkan, Marg and Partners
Chhatrapati Shivaji Terminus, Bombay
La estación de Chhatrapati Shivaji es considerada Patrimonio de la Humanidad, lo que nos da una primera idea de su importancia arquitectónica. El edificio se construyó entre 1878 y 1888 bajo las órdenes del arquitecto Frederick William Stevens que creó una acertada mezcla del neogótico victoriano en boga en la Gran Bretaña de esa época -en este caso con una clara inspiración italiana-, pero con una evidente influencia de la arquitectura palaciega india y con el trabajo de miles de artesanos indios que dejaron una huella clara.
Estación del Norte, Valencia
Construída a principios del siglo XX -fue inaugurada en 1917- es una terminal en la que llama la atención tanto por sus dimensiones como su estilo modernista. Su arquitecto fue Demetrio Ribes -que ya había participado en la Estación de Príncipe Pío en Madrid- mientras que espectacular cubierta -de casi 25 metros de altura y 45 de luz- fue obra de Enrique Grasset.
Gare de Lyon, París
Una de las muchas estaciones de tren que llegó a tener la capital de Francia -y no es la única de la lista- la Gare de Lyon es la más concurrida de las terminales ferroviarias de todo el país y es conocida, sobre todo, por su característica torre con reloj.
Gare du Nord, París
Terminada en 1865, es una de las primeras grandes estaciones europeas. El edificio fue obra de Jacques Hittorff que utilizó la estructura de hierro fundido de muchos estos edificios cubierta después por una fachada con un aire neoclásico
Grand Central Terminal, Nueva York
La estación más conocida de Nueva York es una obra de principios del S XX, cuyo diseño fue obra de dos grandes firmas de arquitectos de la época. Cuando se puso en marcha en 1913 era la estación más grande del mundo tanto por tamaño como por número de vías, nada más y nada menos que 36.
Haydarpasa Terminal, Estambul
Haydarpasa tiene algo de la típica obra de un imperio para «modernizar» el páis: se construyó en 1871 para que Estambul tuviese su primera línea de tren, sin embargo aunque sí había trenes la primera línea de pasajeros regulares no llegó hasta 1890. La estación, que lleva varios años de obras, es un hermoso edificio pero destaca sobre todo por su ubicación, justo en la orilla del Bósforo.
Estación de Kanazawa, Japón
Inaugurada en 2005, la estación de Kanazawa -una ciudad de menos de medio millón de habitantes en el centro de Japón, destaca por su arquitectura moderna pero que incluye también elementos y materiales tradicionales como la madera.
Estación Kazansky, Moscú
Kazansky era la puerta de salida de Moscú a la ciudad de Kazán -y a otras regiones del este de Rusia- y la torre de su fachada hace referencia a las típicas de aquella ciudad. Su construcción se inició a principios del siglo XX pero no se terminó hasta casi la Segunda Guerra Mundial.
Estación de Kuala Lumpur
Construida a principios de siglo en un estilo aparentemente imposible pero que lograba unir influencias musulmanas, mogolas, hindúes… de una forma sorprendentemente armoniosa que en esa época fue bastante común e Indonesia, India y otras colonias. La estación ya no es tan importante pues parte de su tráfico ha sido desviado a otras terminales pero el edificio sigue siendo una de las atracciones de la ciudad.
Estación de Maputo
Es muy habitual atribuir la estación de tren de la capital de Mozambique a Eiffel, pero lo cierto es que se trata de un edificio de los arquitectos portugueses Alfredo Augusto Lisboa de Lima, Mario Veiga y Ferreira da Costa. Se trata de un edificio grandioso y lujoso, con columnas de mármol y un estilo beaux arts que entonces también tenía éxito en Portugal, como se puede ver en la Estación de Sao Bento de Oporto.
Milano Centrale, Milán
La estación central de Milán es un caso peculiar ya que fue el retraso del proyecto lo que sirvió para hacerlo más grandioso: casi paralizado durante la I Guerra Mundial, la llegada de Mussolinni al poder hizo que se ampliase y fuese mucho más espectacular que el proyecto inicial del arquitecto Ulisse Stacchini
Helsinki Central
Con el movimiento independentista de Finlandia a principios del S XX -el país no logró separarse definitivamente de Rusia hasta 1917- un estilo arquitectónico propio muy interesante estaba triunfando en el país y fue el que se eligió para la flamente estación de tren de Helsinki, según un proyecto de Eliel Saarinen. El diseño se terminó en 1909, pero la construcción se prolongó hasta más allá de la independencia: fue inaugurada en 1919
Rotterdam Centraal Station
Si hay una ciudad europea que de cabida a la más moderna arquitectura esa ha sido y es Rotterdam, una decisión tomada tras la devastación de la II Guerra Mundial pero que ha hecho que la urbe se encuentre en contínua renovación. Uno de los últimos ejemplos ha sido la espectacular estación de tren, inaugurada en 2014 y obra de equipo creado ad hoc por varias compañías importantes de arquitectos.
Saint Pancras, Londres
Saint Pancras es uno de los grandes edificios londinenses construidos durante el siglo XIX en el estilo neogótico que tan popular fue en Gran Bretaña y en el que también se construyó en la misma época el Palacio de Westminster que es la sede del Parlamento. La estación se debe al diseño de William Henry Barlow y, al menos visualmente, en la fachada destaca la torre del reloj.
Estación de Sao Bento, Oporto
Empezó a construirse en 1900 según un diseño del Marques da Silva en el estilo beaux arts que estaba muy en boga en ese momento, especialmente en Francia.
La construcción se prolongó hasta 1916, año en el que fue inaugurada.
Estación de Sirkeci, Estambul
Inaugurada en 1890, Sirkeci era la puerta ferroviaria de Estambul a Europa y era también el final del viaje del mítico Orient Express. El proyecto fue obra de un arquitecto alemán August Jasmund, que había viajado a Estambul para conocer la arquitectura otomana y acabó convirtiéndose en profesor en la Escuela Politécnica en Estambul.
Southern Cross Station, Melbourne
La estación de Southern Cross de Melbourne se reformó entre 2002 y 2006 con un espectacular proyecto de Grimshaw Architects que preveía un tejado ondulado que la ha hecho famosa en medio mundo y que le valió ganar el prestigioso Lubetkin Prize que otorga el Royal Institute of British Architects.
Union Station, Chicago
Union Station es la única gran estación de Chicago y es la tercera con más pasajeros de Estados Unidos -la primera fuera de Nueva York-. Diez años fueron necesarios para una construcción en la que se dieron muchos problemas y en la que la I Guerra Mundial también supuso retrasos. El autor del proyecto, Daniel Burnham, no llegó a verla terminada.
Union Station, Los Ángeles
La de Los Ángeles es otra de las grandes estaciones norteamericana, más tardía que la mayoría puesto que se inauguró en vísperas de la II Guerra Mundial, ya en 1939. El edificio principal se debe a los arquitectos John y Donald Parkinson, que eran padre e hijo y que formaron un edificio muy californiano, con un estilo que mezcla influencias españolas, neocoloniales y art decó.
Fuente: LiDigital