8 CASOS DE PERSONAS QUE LAS ENTERRARON VIVAS

Seguramente, ser enterrado vivo sea una de las formas más horrendas de morir.

Aquí os presentamos 8 casos reales de personas que las enterraron aún estando vivas.
1. Mina El Houari, una joven francesa

El primer caso que os presentamos es el de una joven francesa de 25 años, Mina El Houari. Ésta después de pasar la noche con un hombre que conoció por Internet en su casa de Marruecos, se derrumbó de repente. El hombre la creyó muerta. Temeroso de que la policía no le creyese, decidió enterrarla en su patio trasero. Al parecer ella sólo estaba en un coma diabético. Lamentablemente, murió de asfixia antes de que las autoridades la encontraran.

2. Isaac Ramírez Pérez, el militar

Los hechos ocurrieron un 7 de octubre de 2009 en Honduras. Isaac tenía 27 años y fue declarado muerto en el Hospital de San Andrés Minas tras realizarle una cirugía de vesícula. Tras la operación se le dio por muerto y la familia veló su cuerpo durante varias horas. Una vez que se le dio sepultura los vigilantes cambiaron el turno a los compañeros de la noche. En el transcurso de ésta oyeron siniestros golpes y voces desde un nicho: «¡Sáquenme de aquí!, ¡Sáquenme de aquí!, Noelia, mamá!». Esto sucedió el 8 de Octubre de 2009. El cuerpo de Isaac estaba sudado, la camisa que escogió su madre para enterrarlo estaba abierta y su pecho presentaba varios arañazos. Cuatro horas después el médico certificó por segunda vez en 24 horas la muerte de Isaac, pero esta vez por asfixia.

3. Un magnate millonario

Este caso se produjo a través de un secuestro. Stephen Small era un magnate millonario de 39 años. Fue secuestrado y sus captores esperaban cobrar un rescate de $ 1 millón. Mantuvieron al hombre bajo tierra en una caja alimentándolo de aire y agua a través de un pequeño tubo. Desafortunadamente, en algún punto la arena se metió en el tubo y este murió antes de que los secuestradores pudieran cobrar el rescate. Los secuestradores fueron identificados y las autoridades declararon que los secuestradores construyeron la casa y le pusieron un sistema de ventilación, así que ellos sabían perfectamente lo que hacían.

4. Anna Hockwalt

Anna Hockwalt era una dama de la alta sociedad de Nueva York, que supuestamente murió de forma natural un 10 de enero de 1884. Las circunstancias de la muerte de la señorita Hockwalt fueron peculiares. Ocurrió en la mañana del matrimonio de su hermano con la señorita Emma Schwind en la iglesia Emannel. Poco antes de las 6, la joven se estaba vistiendo para la ceremonia y había ido a la cocina. Unos momentos después fue encontrada sentada en una silla con su cabeza apoyada en la pared y aparentemente sin vida, el Dr. Jewett la declaró muerta. Anna fue sepultada a la mañana siguiente.
La familia nunca se quedó tranquila ante este desenlace. En diciembre de 1877, la «Gaceta Médica Británica (British Medical Journal)» publicó un artículo sobre el caso de una mujer desconocida quien fue enterrada en una fosa común. Días después del suceso, la tierra que ella tenía encima fue removida para sepultar ahí otro cuerpo y se observó que la manta en que el supuesto cadáver de la desconocida estaba envuelto se hallaba totalmente rasgado. La mujer incluso se había roto las extremidades tratando de salir de su sepulcro.

5. Gritos de abajo

Una mujer de 45 años de edad, que vivía al norte de Grecia fue declarada muerta después de una larga batalla contra el cáncer. Horas después de su entierro, los visitantes del cementerio oyeron gritos procedentes de la tumba. En el momento en que abrieron su ataúd, la mujer estaba muerta.

6. Mary Norah Best

Era la hija adoptiva de la señora Moore Chew y tenía 17 años. En 1871 fue declarada muerta de cólera en Calcuta. Fue introducida en un ataúd de pino y llevada a la cripta familiar de la familia en un antiguo cementerio francés de Calcuta. Diez años después, en 1881, la cripta fue reabierta para introducir el cuerpo de su tío. Al abrir la tapa del ataúd se encontró el cuerpo de Mary en el suelo. Su esqueleto estaba con la mitad dentro y mitad fuera del ataúd. Se cree que después de ser sepultada, Mary despertó y luchó violentamente hasta que fue capaz de abrir la tapa de su féretro. La hipótesis más barajada sobre este caso indica que Norah fue envenenada por el cirujano que la declaró muerta. Después, Norah habría despertado encerrada en un ataúd y lo habría hecho caer al suelo con un movimiento brusco. Roto, el féretro le habría permitido salir, pero el golpe en la cabeza por la caída la hizo desmayarse y posteriormente, morir.

7. Mr Jenkins

A veces los periódicos juegan un papel importante para salvar un caso como este. En febrero de 1885, el diario The New York Times publicó la historia de un hombre identificado como «Jenkins», quien fue declarado muerto después de pasar varios días en cama, primero con fiebre y después gélido, sin moverse y sin pulso aparente. Jenkins fue enterrado pese a que las personas que pusieron su cuerpo en el ataúd afirmaron que estaba tan flexible como el de una persona viva. Días más tarde, el féretro fue exhumado con el objetivo de hacer un reacomodo en el mausoleo familiar donde estaba. Los encargados de hacer el traslado abrieron el ataúd para evaluar si el cuerpo podía viajar tal como estaba o si era más conveniente llevarlo en una base de metal y descubrieron el cadáver boca abajo, con grandes trozos de cabello arrancado en sus manos, además de varias rasgaduras en la tela del sarcófago.

8. El zombi de Brasil

Ocurrió en un cementerio de Brasil, cuando una mujer que estaba visitando el nicho familiar se llevó el susto de su vida al ver mover unos brazos que venían de la tierra. Ante el gran susto inmediatamente llamó a los servicios de emergencia. El hombre que yacía en el suelo pudo ser rescatado y presentaba claros síntomas de asfixia. El ‘zombi’ se recupera en un hospital local donde fue sometido a pruebas psicológicas. La policía cree que se vio involucrado en una pelea, en el transcurso de la cual fue golpeado brutalmente por sus atacantes hasta que se desmayó y fue enterrado en el cementerio.