En una relación superar la frontera de las primeras semanas es un gran paso para consolidarla, dando estabilidad, y así poder seguir caminando juntos, para luego dar el gran salto hacia el compromiso, pero a veces esa frontera es una valla demasiado alta y con fierros puntiagudos. El ansia por sentirnos querid@s, o la inseguridad, pueden hacer que nos comportemos como auténticos psicópatas y echemos a perder justo aquello que andábamos persiguiendo.
Muchas veces ser natural es lo más difícil. Para evitar los errores en el inicio de una relación, el portal de citas EHarmony ha elaborado una lista con los nueve pecados más frecuentes durante la primera toma de contacto con una posible media naranja.
1. Llegar tarde
Aunque parezca una nimiedad o una tontería, no lo es en absoluto. Hacer esperar a la otra persona no es solo una falta de educación, sino también una falta total de respeto. A nadie le gusta sentirse despreciado, y menos durante el comienzo de la relación. De modo que, si eres de las que deja todo para el último momento, ponte las pilas y organízate para llegar con minutos de antelación.
2. Pasarte con las copas
Un par de traguitos pueden ayudarte a sentirte más a gusto y hacer que la cita fluya mejor. Sin embargo, pasarte durante la cena no hará que la otra persona te mire con buenos ojos. Si piensa que no eres capaz de moderarte, podría entender que también eres irresponsable en otras áreas de tu vida.
3. Hacer «la búsqueda» en internet
Ya es un clásico: conoces a alguien y te lanzas a investigarle en las redes sociales. Te sientes Sherlock Holmes por unos minutos (o incluso unas horas). Al final del día sabes dónde estudió, quiénes son sus padres y sus amigos, hasta la música que le gusta.
Lo de «La Búsqueda» es una auténtica droga, sí, pero debes dejarla. De modo que bloquea tus instintos y espera para conocer a tu pareja por los cauces normales: paseo, cena y conversación, de esa forma resultará mucha más natural y divertido para ambos.
4. Hablarle de tu ex
Probablemente te marcó para siempre, pero no es el momento de hablar de él o de ella. Cuando comienzas una relación tienes que centrarte en el futuro, no en el pasado. Si sigues siendo amigo de esa persona, tampoco deberías compartir los detalles de esa amistad con tu nueva pareja, porque podría crear inseguridad y hacerle creer que tiene un competidor demasiado cerca.
5. Decirle que te estás enamorando
Hablar de esa clase de sentimientos demasiado pronto puede estropear la relación. Durante las primeras semanas, la pareja aún no es lo suficientemente fuerte como para decir «te quiero». Al principio, los sentimientos de cada uno evolucionan a ritmos diferentes, de manera que siempre habrá una parte más «colgada» que la otra.
Dar a entender que estás enamorado hará sentir incómoda a tu pareja y podría arruinar lo vuestro. Es mejor esperar y disfrutar de su compañía, ver cómo se van desarrollando los acontecimientos y dejar el ‘te quiero’ para cuando sea una expresión real y correspondida.
6. Soltar la «bomba» del matrimonio
Puede que tu ilusión porque todo funcione sea precipitada, aunque tus ideas sean claras y serias. Quizá planeas, en un futuro no muy lejano, casarte y tener hijos. Sin embargo, las primeras semanas de una relación no son el mejor momento para poner ese tipo de cartas sobre la mesa, ya que una declaración así podría asustar a tu pretendiente. Tampoco interrogarle sobre su opinión acerca del matrimonio o de los hijos.
La mejor estrategia es esperar, porque entre conversación y conversación, sus perspectivas respecto al compromiso quedarán claras sin necesidad de ponerle contra la espada y la pared.
7. Criticar
Aunque creas que es constructiva la crítica, que se hace porque la otra persona te importa y se preocupa, mejor que no se haga. Si no te gusta cómo le queda la barba o el vestido que se ha puesto, no es buena idea dejárselo caer en la tercera cita.
De la misma manera, debes tener mucho cuidado con las personas que vierten críticas sobre ti demasiado pronto, puesto que es una actitud que seguramente empeorará con el tiempo. Si te dice que debes perder un par de kilos o que no le gusta cómo vistes, posiblemente no sea para ti.
8. Hablar mal de otras personas
Todos tenemos nuestra opinión sobre los demás. Hay personas que nos hacen hervir por dentro y rasgos que no soportamos. Sin embargo, con el tiempo si se pueden sacar a la luz, ya que es normal detestar ciertas ideas políticas o algún tipo de acento, pero cuidado, no sabemos si su hermano, por ejemplo, cumple con nuestro objeto de rechazo. Ser moderado puede evitar un comentario muy desafortunado para el que no estáis preparados.
9. El sexo
Es un arma de doble filo. Cuando conocemos a alguien que nos gusta, a las pocas citas sentimos la tentación de intimar en todos los sentidos. El deseo aparece enseguida y es difícil decir que no. El problema es que ir a la cama sin estar preparados puede abrir una brecha grande en la pareja. Estar seguros de los sentimientos y que fluya cierta confianza es importante para que los juegos sexuales actúen como un vínculo y no un motivo de distanciamiento.
Vía: mundo