Hay personas que entran en tu vida con un vendaval y lo cambian todo, personas por las que vale la pena respirar y valorar lo que realmente importa. Esos pequeños detalles que se refugian en las pequeñas cosas, cosas como la espuma del mar, la lluvia, las nubes, la sonrisa de un niño mientras juega, o una de esas miradas que lo dicen todo, unos ojos como los suyos, que llevan al abrazo infinito mezclado con la luz del sol bañando nuestros cabellos, sus manos si despiertan a mi lado…
Hay personas que están hechas de algo irrompible, personas que hacen que todo tenga sentido de pronto, incluso lo que no importaba hasta que las conocimos.
Son personas auténticas que marcan sin duda un antes y un después en nuestra vida, que llegan como un soplo de aire fresco y que, si se fueran, permanecerán como una huella imborrable en nuestros recuerdos.
Pero hay una gran diferencia entre dejar huella o dejar cicatrices: Las cicatrices son señales de daño, de dolor, de heridas que pueden llegar a sangrar todavía, de emociones que necesitamos suturar. Las cicatrices son marcas que no elegimos tener y que nos recuerdan un dolor, una culpa que se podía haber evitado.
Sin embargo, las huellas son marcas imborrables en la piel y en la memoria que nos hacen revivir momentos de amor, de aprendizaje y de crecimiento.
Por lo tanto, no importa tanto la cantidad como la calidad de la gente que nos rodea. Si alguien nos hiere de manera sistemática, deberíamos plantearnos limpiar nuestro entorno y enfocar mejor, dejar que las personas que permanezcan resulten seres que nos aporten y con ellas podamos crecer mutuamente.
Decía Pierre Corneille, que “la manera de dar vale más que lo que se da.”
Los pequeños detalles son los que de verdad otorgan significado al sentido de la vida, lo cambian todo, hacen de lo diario lo importante.
Digamos que, si te abrazan, logran recomponer tus partes rotas, te enseñan a vivir y a revivir tu interior. Las personas especiales no esperan a que las cosas sucedan, hacen lo que desean y persiguen lo que quieren hasta que lo consiguen.
Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada Esta es la prueba evidente de que dos almas no se encuentran por casualidad, dejó escrito Jorge Luis Borges
Hay personas que dejan una huella imborrable en tu corazón, porque hubo un tiempo que caminaron a tu lado, siguiendo la misma senda. Y, aunque ya no estén contigo, nunca podrás olvidarlos.
No se esfuerzan para dejarte esa marca, sino que aparece sin que te des cuenta. Son esas personas que te ofrecen otra visión de tu mundo, que te ayudan a cuestionarte tu pasado, tu presente y tu futuro.
Existen personas que nos dejan huella y otras que nos marcan para toda la vida
“La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un portazo. Pero, ¿vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Se vive demasiado mal. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte un velo de los ojos y se marcha.” Elizabeth Gilbert
Por eso, un alma gemela es una especie de salvavidas. Llegan por casualidad, o tal vez de manera intencionada, y te cambian para siempre. Te abren los ojos, te hacen ver lo que duele, lo que puede llegar a doler y lo que tiene un significado maravilloso.
Porque en realidad, no somos lo que hacemos ni lo que pensamos. Tan sólo somos la huella que dejamos.
Y con esas personas al lado nada duele tanto. Porque las personas que dejan huella no ocasionan daños, no se dedican a marcarte porque sí.
Y, aunque pongan tu vida patas arriba y eso te incomode, si pones en tu diccionario la palabra Suerte, aparecerán ellos.
Vía: mentemaravillosa