La Tomatina es una fiesta que se celebra en el municipio valenciano de Buñol.
En ella los participantes se arrojan tomates los unos a los otros. Se celebra siempre el último miércoles del mes de agosto, dentro de la semana de fiestas de Buñol.
Miles de participantes tiñen de rojo las calles de este pueblo en la popular fiesta en la que se lanzan 165.000 kilos de tomates. Este año se ha batido el record.
Se trata de una de las fiestas más conocidas fuera de España y hasta Google le ha dedicado un ‘doodle’.
Ya que este año es especial, y es que se cumple su 70 aniversario, desde aquella pelea que empezaron unos niños casi adolescentes del pueblo, algo que empezó siendo una pelea acabó como una de las tradiciones más conocidas del mundo.
Todo comenzó en el verano de 1945, el último miércoles de agosto en esta localidad valenciana, cuando dos jóvenes se dirigían a la plaza principal del municipio a ver los desfiles de gigantes y cabezudos en el que había mucha gente.
Estos niños para hacerse un hueco entre los presentes decidieron entrar con empujones entre un conjunto de músicos que allí se encontraba, provocando que uno de ellos cayera al suelo. Enfadado, al levantarse del suelo comenzó a golpear todo lo que se cruzaba a su paso. El destino quiso que en aquel instante se encontrara allí un puesto de frutas y verduras, del que el público cogió prestados unos tomates maduros para comenzar la batalla campal.
Al año siguiente, como juego y cierta ionía, repitieron la batalla con tomates llegados de su casa, de sus propios cultivos. Aunque la policía volvió a disolver la disputa en años posteriores los chicos del pueblo siguieron año tras año con su peculiar guerra de tomates.
Y sin darse cuenta crearon una fiesta tradicional, que a pesar de ser suspendida a principios de la década de los 50, en 1957 se reestauró celebrandose año tras año hasta la actualidad.
Ingleses, rusos, latinoamericanos, franceses, chinos, japoneses… Son múltiples las nacionalidades que visitaron este miércoles 26 agosto La Tomatina. Eso sí todos debieron haber comprado su entrada con antelación.
Vía: elmundo